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Desde 2003 no se registraba un número tan bajo de nóminas en España. Según los datos de la última EPA, en marzo sólo quedaban 13.925.500 asalariados, casi 3,2 millones menos que al inicio de la crisis. De ellos, 10,4 millones tienen empleo indefinido. Una de cada cinco nóminas corresponde al sector público, con casi tres millones de empleados. Mientras, las empresas privadas acumulan 11 millones de asalariados, de los que casi 2,7 millones tienen contrato temporal.
A pesar de las mejores expectativas para el empleo, el número de
nóminas sigue decreciendo. Se debe a la decisión del Gobierno de
incentivar con bonificaciones y mejoras fiscales al autoempleo de
autónomos, y mejorar la estadística de ocupados, en lugar de favorecer
la creación de empresas estables o tocar cotizaciones.
En todo caso, la situación es ahora mucho más complicada que hace 11
años, ya que esos 13,9 millones de asalariados existentes representan el
61% de la población activa y el 36% de la población mayor de 16 años. Es decir, sólo seis de cada 10 españoles que quiere trabajar tiene acceso a una nómina. Mientras, en 2003, el 72% de los activos era asalariado, así como el 40% de quienes tenían más de 16 años.
La estadística ofrece además otras conclusiones curiosas. Por
ejemplo, de esos 13,9 millones de asalariados existentes, casi tres
millones (2.920.500) son empleados públicos, de no mercado (no generan
actividad económica directa). Esa cifra ha permanecido inalterada desde
2003. Sin embargo, en el sector privado sólo quedan 11.008.900 personas
en nómina. Se trata de la cifra más baja desde el segundo trimestre de
2002. La diferencia es que hace 12 años había cuatro millones menos de activos que ahora. Y ahora, a pesar del descenso que se ha producido por la salida de efectivos y el efecto de desánimo, hay 22,8 millones.
El drama es mayor si se tiene en cuenta el tipo de contrato. Así, de
esos 13,9 millones de nóminas que quedan, sólo tres de cada cuatro (10,7
millones) tienen detrás un contrato indefinido. Hay 3,2 millones de
asalariados con contrato temporal. De los eventuales, 2,6 millones están
en el sector privado y algo más de medio millón en el público.
Pocas nóminas en el sector privado
De esta forma, resulta que en el sector privado sólo quedan 8.366.700 nóminas con contrato indefinido
(240.500 son además fijos discontinuos), una cifra similar al número de
pensionistas. El dato no se producía desde el tercer trimestre de 2005.
Pero esos 8,3 millones de asalariados fijos existentes en las
empresas privadas no están contratados a jornada completa. Y es que el
Gobierno, al igual que el anterior, ha incentivado el contrato a tiempo
parcial para encajar la estadística. En la actualidad hay 2,7 millones
de personas contratadas por horas, pero la mayoría están aún bajo la
modalidad temporal. Aunque no hay estadísticas oficiales a este
respecto, al menos un tercio de estos empleos a tiempo parcial pueden
ser nóminas indefinidas. Los asalariados netos existentes ya en el sector privado pueden estar en sólo 7,5 millones.
Se trata de una cifra que puede traer complicaciones a las arcas del Estado y la Seguridad Social,
ya que es precisamente en las nóminas dónde se sustenta la recaudación
fiscal y el Estado del Bienestar, incluyendo las pensiones. A este
problema se suma el descenso de los sueldos, que está proporcionando
menos ingresos a Hacienda, porque están bajando las bases imponibles; y a
la Seguridad Social, porque siguen bajando las bases liquidables y la
cotización es inferior. El Gobierno dice que ahora se están produciendo
mejores resultados en los ingresos, pero se debe en gran parte a la
incentivación de la lucha contra el fraude.
Así, según datos de la contabilidad nacional, el conjunto de las
remuneraciones salariales en España en 2013, incluyendo las cotizaciones
del empleador, alcanzó los 482.607 millones frente a los 510.968 del año anterior,
un 3,5% menos. Desde 2006 no se producía una cifra tan baja, y ya no se
debe a los despidos, sino a la reducción de sueldos propiciados por la
reforma laboral, ya que en este periodo sólo se destruyeron 57.000 puestos (en términos desestacionalizados hubo por primera vez creación de empleo).
Que las nóminas siguen decreciendo en calidad remunerativa, además de
su número, se corrobora con el dato de esa masa salarial en las
empresas privadas. Se ha producido un descenso del 5,3% hasta los 283.473 millones mientras que en el sector público crecía un 0,8% hasta los 116.090. Lo que demuestra que el ajuste sigue en el sector privado.
El Gobierno confía en obtener nuevos asalariados de la nueva tarifa
plana con una cuota de 100 euros al mes por contratación fija, incluso
parcial. Bruselas ha advertido que no generará nuevas nóminas sino que
producirá un trasvase de los temporales ya existentes a indefinidos.
Noticia: http://www.elmundo.es/economia/2014/05/19/5379406922601dfd678b456f.html
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