Para evitar el despido de tantos trabajadores y que aumenten así tanto el paro como las cargas a la Seguridad Social, la solución pasaría por repartir el trabajo. Se podría repartir bajando las horas de trabajo semanales y los salarios, pero a cambio seguir vinculado a la empresa y no en la calle. Así se verían menos afectadas las arcas del Estado y los ánimos de la gente.
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