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La unión hace la fuerza. Esta es una máxima contundente que muy pocos
se atreven a rebatir. Pero llevarla a la práctica en el terreno
empresarial es siempre mucho más complicado de lo que parece. Sobre todo
en China, un país cuyas características dificultan sobremanera el éxito
de la pyme española. El tamaño del gigante asiático, las diferencias
socioculturales entre ambos países y las trabas burocráticas de un
régimen comunista regido por una legislación muy opaca hacen que darle
un bocado al jugoso mercado chino se convierta muchas veces en una
pesadilla muy costosa.
Para evitar que así sea, la empresa de consultoría y gestión
Orienterraneum pondrá en marcha entre el 29 de mayo y el 2 de junio
—coincidiendo con la festividad de Duanwu— la primera Semana de España
en China, un gran evento en el que ha invertido 700.000 euros —180.000
en una agresiva campaña de publicidad— y que congregará en una de las
mejores zonas de Shanghái —Cool Docks— a 72 empresas españolas. Sesenta
de ellas no se han implantado en el Gran Dragón y pertenecen a sectores
muy diferentes: desde el agroalimentario hasta el inmobiliario, textil,
turístico o la joyería.
“Queremos que sirva a quienes quieren entrar en el mercado chino para
que lo descubran personalmente y para que prueben el interés real que
despiertan sus productos o servicios entre los consumidores. Porque hay
muchos empresarios que antes de venir están convencidos de que China es
jauja y que luego se ven defraudados cuando descubren que su clientela
es mucho menor de la esperada o que su producto no se ajusta a las
necesidades o a los gustos locales”, explica Roque del Río, responsable
en Shanghái de la organización de la Spain Week.
El interés de esta iniciativa para las compañías españolas es
evidente, pero el anzuelo para atraer al público chino, que pagará 30
yuanes (3,5 euros) por una entrada que incluye una consumición en el
bar, no será tanto empresarial como cultural. Así, el gigantesco recinto
de 280 metros de largo por 18 de ancho, al que se accede tras cruzar
una puerta que imita a la de la Alhambra, albergará espacios de ocio
inéditos en China, como la esquina que se dedicará a la tomatina de
Buñol.
“Teníamos claro que no podemos organizar una feria al uso porque
queremos llegar a un público no especializado, y además creemos que hay
que aprovechar esta oportunidad para crear marca España, alejándonos de
los tópicos más repetidos. No habrá ni fútbol ni toros”, recalca Del
Río. “Hemos adquirido los derechos de la tomatina, que reproduciremos en
un pabellón en el que se explicará su significado y en el que, quienes
lo deseen, podrán vestirse unos chubasqueros para liarse a tomatazos”.
El resto tampoco se aburrirá. De 10.00 a 18.00 podrá degustar las
tapas y las raciones del bar, disfrutar de pequeñas actuaciones de
flamenco, danza moderna, prestidigitación o música mestiza, y admirar la
primera falla valenciana que se exhibe en China. “El último día, como
las autoridades no permiten que se le prenda fuego, la escultura
navegará por el río Huangpu para ser expuesta en el edificio de
Benedetta Tagliabue que albergó el pabellón de España en la Exposición
Universal de 2010 y que ahora se va a convertir en un centro de
referencia para nuestro país en China”, cuenta Del Río. Orienterraneum
también confirma que el espacio contará con una cancha de baloncesto en
la que jugará un equipo formado por viejas glorias del Real Madrid.
Por si fuese poco, el recinto se convertirá en un gran escenario
nocturno al que se subirán grupos como Los Secretos, Jarabe de Palo o
Vuit. “El mundo empresarial debe combinarse con el cultural para hacerlo
más atractivo y acercarlo al público en general, sobre todo cuando
busca abrirse camino en el extranjero”, dice el consultor de
Orienterraneum, que cobra 2.000 euros a cada empresa participante,
“mucho menos de los 10.000 euros que vale un estudio de mercado al uso”,
y que espera atraer a un mínimo de 20.000 asistentes. “Un número muy
conservador porque es la primera edición y queremos ser cautos”, añade.
Pero lo cierto es que la gran acogida que está teniendo la
iniciativa, que no cuenta con subvención pública, da alas a quienes
apuestan por convertirla en anual. Y empresas que quieran participar no
faltan. “De hecho, ya tenemos varias propuestas sobre la mesa para
dedicar otras semanas a diferentes regiones”, avanza Del Río. De
momento, esta edición tendrá un eminente carácter valenciano. Entre las
actividades gastronómicas llama la atención un concurso de paellas para
cocineros chinos y otro en el que los chefs locales de los restaurantes
españoles de Shanghái competirán por la mejor tapa con la colaboración
de TourSpain y podrán ganar un viaje a España.
“Se habla mucho de la marca España, pero luego los eventos que se
organizan para impulsarla en China parecen creados para lucimiento de
las autoridades y se olvidan del chino de a pie, que no conoce nada de
nuestro país”, critica el gerente en China de una importante empresa de
automoción española que prefiere mantenerse en el anonimato. “Además,
los tópicos que rodean a todo lo español pueden servir para vender jamón
o vino, pero no el trabajo de empresas tecnológicas y de vanguardia,
que evitan decir que son españolas. No sé si esta Semana de España
tendrá éxito, pero se trata del evento más completo organizado hasta
ahora”.
Sin ánimo de entrar en la polémica, Del Río considera que “el cliché
de España ya está vendido, ya ha calado, y ahora es el momento de ir más
allá”. “No se puede ir a China con lo mismo que funciona en Estados
Unidos”, dice. Y hace hincapié en la necesidad de un plan específico
para mejorar la imagen de nuestro país en el gigante asiático y el
conocimiento que de él tiene la población. “Ha llegado la hora de
mostrar la gran diversidad cultural y empresarial de España, y su cara
más moderna”, sentencia.
Para resaltar ese último aspecto, Del Río destaca que toda la
información en la Semana de España llegará al público de forma digital.
No habrá folletos ni carteles en los espacios que ocuparán las empresas,
sino una aplicación para teléfonos inteligentes que funciona por
proximidad. “La mejor solución en China, donde la penetración de
Internet móvil abruma”, zanja.
Noticia: http://economia.elpais.com/economia/2014/04/17/actualidad/1397738822_455208.html
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