Área Gestión Empresarial - IECS

ÁREA GESTIÓN EMPRESARIAL, MBA Y COMERCIO INTERNACIONAL DEL INSTITUTO EUROPEO CAMPUS STELLAE

3 ideas para optimizar nuestro trabajo y a nosotros mismos

Instituto Europeo Campus Stellae
Máster en Gestión y Dirección de Empresas (MBA)
www.campus-stellae.com

La optimización es un término muy utilizado en el mundo de la tecnología o el desarrollo web. Consiste en mejorar, incrementalmente, un producto o servicio a través de pequeñas acciones. Y es que, en los negocios online, lanzar una buena página web es sólo el principio y constantemente es necesario realizar cambios y actualizaciones para crear algo cada vez mejor.

Pero este concepto no debería limitarse únicamente al mundo tecnológico. Según afirma Scott Belsky en The 99% deberíamos invertir tiempo en optimizarnos a nosotros mismos y a nuestros equipos también. La tendencia natural es quedarse con lo que funciona, pero si realmente queremos crecer hay que plantearse nuevos retos constantemente, aunque sólo sean pequeños cambios. Por ello, Belsky propone tres ideas a tener en cuenta:

1. Juguetea con lo que funciona
Cuando cometes un error lo más habitual es perseverar y seguir intentándolo hasta que salga bien. Pero cuando se consigue hacer algo bien, la tendencia suele ser alegrarse y pasar al siguiente asunto. Solemos invertir más tiempo en arreglar lo que está roto que en optimizar lo que ya funciona, y esto se debe a que el éxito suele perjudicar nuestra capacidad de imaginar algo mejor.

Nos resulta difícil ver el potencial que tiene algo que ya funciona correctamente. Y mientras parece lógico arriesgarse a equivocarse cuando se prueba algo nuevo, nos parece impensable alterar algo que ya tiene éxito. El viejo dicho dice que “si no está roto, no lo arregles”, pero Belsky asegura que la optimización se basa en arreglar constantemente lo que no está roto.

2. Haz cambios incrementales, no drásticos
La optimización no se basa en hacer cambios drásticos, ya que si se introducen demasiados factores de riesgo en algo que tiene éxito puede ser peligroso. En cambio, hay que introducir cambios incrementalmente de una forma controlada y medible.

Google es un gran ejemplo de cómo hacer esto. Su técnica se basa en los tests A/B, una forma de optimización en la que se introducen pequeños ajustes en las aplicaciones y se prueban frente a la versión anterior. Google lanza la versión actual y la que se quiere probar para comparar los resultados. Eso permite a Google probar sus nuevos productos sin afectar a su negocio y, además, puede utilizar a todos los usuarios del mundo como sujetos para que prueben sus innovaciones.

3. Optimízate a ti mismo
No sólo hay que optimizar los proyectos en los que se trabaja, sino a nosotros mismos. Los tests A/B que son aplicables a los productos, servicios, campañas de marketing, etc. también se pueden utilizar para probar tu progreso en el trabajo. Los tests A/Yo implican comparar la forma en la que siempre trabajas tú o tu equipo con una ligeramente cambiada. A medida que te vayas acostumbrando a estos procesos te atreverás incluso a aplicarlo en tu vida personal.

Pero, sean los objetivos que sean los que busques con los esfuerzos de optimización, tienes que tener tres ideas clave en mente: busca formas para medir los cambios y los beneficios de estas mejoras; introduce sólo un cambio cada vez, sino podrías perder la capacidad de registrar los impactos de cada cambio en particular; no des por sentado que porque algo funcione no puede ser mejor.

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