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La UE y Mercosur retoman las negociaciones sobre crear una zona de libre comercio

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La Unión Europea y Mercosur acordaron en su IV Cumbre bilateral, celebrada ayer en Madrid, retomar las negociaciones para crear una zona de libre comercio, que sería la mayor que tendría a su disposición la UE, con un total de 700 millones de habitantes y unas expectativas de transacciones comerciales por valor de 5.000 millones anuales en cada uno de ambos sentidos. La presidenta de Argenticna, Cristina Kirschner, advierte de que habrá que erradicar las subvenciones agrarias, que también son proteccionismo.

Las conversaciones para llegar a este acuerdo, que estaban suspendidas desde 2004, se reanudarán de forma inminente, en la primera semana de julio, aunciaron anoche en la rueda de prensa conjunta posterior a la Cumbre el presidente del Gobierno español y presidente de turno del Consejo Europeo, José Luis Rodríguez Zapatero; el permanente de esta misma institución, Herman van Rompuy, el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y la presidenta de Argentina, a la sazón también de Mercosur en los últimos dos años, Cristina Kirschner.

Según Zapatero, si se formalizara este acuerdo, Paraguay experimentaría un crecimiento de su PIB del 10%, Uruguay del 2,5%, Brasil del 1%, Argentina del 0,5% y la UE del 0,1%. Con ello, coligió el presidente español: "todos ganamos, pero en especial aquellos países donde más importante es el desarrollo".

Por todo ello, Zapatero dijo que este acuerdo tiene "especial trascendencia" entre todos los que se adopten en la macrocumbre UE-América Latina y Caribe, y supone "una señal de gran trascendencia para el orden económico mundial" en la actual crisis, pues anima a que "frente a cualquier tentación proteccionista, lo mejor es la apertura de mercados".

Eso sí, puntualizando, al igual que hicieron a continuación Van Rompuy y Durao Barroso, que las conversaciones que ahora se retoman han de fructificar en un acuerdo de asociación "ambicioso y equilibrado". Este último adjetivo quedó plenamente desarrollado en la intervención de Kirschner, quien abogó por una "verdadera asociación" en la que la UE y Mercosur dejen de "verse como cientes para pasar a verse como socios".

Todos tienen que tener ventajas
Según advirtió la mandataria argentina, para que las negociaciones lleguen a buen puerto "todos tienen que obtener alguna ventaja" y el acuerdo no puede convertirse en "algo gravoso para una parte". Habría que partir, por ejemplo, de la diferencia en el tamaño de ambas economías, y continuar desterrando el proteccionismo "en todas sus formas", pues éste no se da sólo "en puertos y fronteras", como se achaca a los países latinoamericanos, sino en forma de subvenciones y exenciones fiscales", en clara referencia a las que practica la UE con sus productos agrarios, cerrando su mercado a los americanos.

"Hay muchas formas de proteccionistmo y todas tienen que ser examinadas con el mismo criterio", explicó con rotundidad Kirschner, quien denunció un "doble estándar" en las relaciones internacionales, según el cual "los paises emergentes son tratados de una manera y los desarrollados de otra". A estos últimos, prosiguió, "se les permite comportamentos que son muy condenados cuando los realizan países más debiles, no para acumular riqueza, sino para tener un poco menos de pobreza".

Ahora bien, concedió, "si podemos conciliar todo esto, el mundo será más equitativo y más vivible", y ella se mostró convencida de que la UE y Mercosur podrán llegar a un acuerdo. La esclarecedora intervención final de Kirschner dejó en segundo plano las de Van Rompuy y Durao Barroso, que le habían precedido.

El primero se enorgulleció de haber "aprovechado la oportunidad de la Cumbre de Madrid", y dijo que, junto al "tremendo potencial económico" del acuerdo, espera también "potenciar las relaciones políticas" y crear una "comunidad articulada". Además, elogió que "ambas partes han cumplido con su deber de empezar las negociaciones sin demora" y han expresado su "compromiso de evitar el proteccionismo". También dijo que se había tratado el cambio climático, tema en el que dijo que las dos asociaciones superestatatales tienen posiciones similares, y felicitó a Mercosur por lo bien que ha manejado la crisis y por su potencial de crecimiento, y a Kirschner por su gestión al frente del grupo.

En el momento preciso
También lo hizo Durao Barroso, quien se declaró "encantado" crear una de las mayores zonas de libre comercio y de potenciar la coordinación política. Según enfatizó, la reapertura de conversaciones llega en "el momento preciso", ahora que se intenta reforzar la cooperación económica internacional. Reconoció que, en todo caso, harán falta "intensos esfuerzos por ambas partes", incluyendo la liberalización de ciertos sectores, la protección de la propiedad intelectual, el respeto de las denominacione geográficas y la supresión de los impuestos a la exportación; aspectos en los que advirtió de que "Mercosur tendrá que hacer un esfuerzo", igual que la UE en otros temas.

Sin embargo, su conclusión final fue que el libre comercio entre la UE y Mercosur será "un juego en el que godos ganan", si bien "las preocupaciones de algunos sectores específicos habrán de ser tenidas en cuenta" y podrían requerir "alguna medida de acompañamiento". El mayor protagonismo de Durao Barroso llegó cuando, a una pregunta de los periodistas sobre los 10 países europeos que han mostrado sus reticencias a un tratado de libre comercio con Mercosur, Zapatero contestó que no sabía cuántos ni quiénes eran, pero que si se ha llegado al acuerdo "es por el empeño político del presidente de la Comisión Europea", gracias a cuya "capacidad política" la "gran mayoría" de los estados miembros de la UE son hoy favorables al acuerdo. Durao le agradeció el guiño con una sonrisa, mientras Herman van Rompuy permanecía serio.

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