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La crisis de Argentina y Brasil permite a México liderar la producción regional de coches
En Brasil, séptimo productor mundial de coches el año pasado, en
2014, las fábricas han suspendido temporalmente contratos de trabajo,
por lo que los obreros no son despedidos sino que cobran hasta un 60%
menos de su nómina por unos meses. Así, entre enero y agosto han
reducido su plantilla en 8.700 operarios, un 5,5%. También las plantas
argentinas están suspendiendo a 12.000 trabajadores dos días por mes
como media, según el sindicato.
En cambio, en México, octavo productor en 2013, las montadoras
y los fabricantes de componentes han contratado en el primer semestre
de 2014 a 34.000 empleados, con lo que elevaron la plantilla en un 5,3%.
Eso sí, con salarios más bajos que en los dos socios principales de
Mercosur. Tan austeros son que fuentes del sector pronostican que en
unos años se igualen con los de China, su competidora en el mercado de
EE UU.
Los vaivenes del empleo reflejan que México ha superado a Brasil en
producción de automóviles en lo que va de año y se prevé que así
finalice 2014, con lo que el país norteamericano recuperará el primer
puesto regional por primera vez desde 2002. El Tratado de Libre Comercio
(TLC) de 1994 había impulsado la exportación de vehículos mexicanos a
EE UU, con modelos grandes al gusto del consumidor de ese país, pero
desde 2003, con la subida de los precios de las materias primas que
tanto ha favorecido a Sudamérica y el desarrollo del consumo en esta
subregión, Brasil había pasado a liderar. Las multinacionales
norteamericanas, europeas y asiáticas con fábricas brasileñas y
argentinas producen, en general, para satisfacer el consumo dentro de
Mercosur.
La coyuntura de 2014, en la que las economías brasileña y
argentina han entrado en recesión y en la que las cotizaciones de los
productos básicos han bajado, explica el cambio en el liderazgo en la
industria latinoamericana. Se prevé que el PIB de Brasil crezca el 1% a
lo largo del año y el de Argentina se contraiga el 0,9%, según la
encuesta a bancos y consultoras que elabora FocusEconomics. México,
favorecido por la recuperación de EE UU, se expandiría el 2,5%, lejos
del 4,9% previsto para Colombia.
La industria mexicana produjo en los primeros siete meses del año 1,8
millones de coches, un 7,5% más. El 81% de esos vehículos se destinaron
al mercado exportador. El resto ha ido al mercado interno, que crece
menos de lo esperado, un 1,3%, según el presidente de la Asociación
Mexicana de Distribuidores de Automóviles, Guillermo Prieto.
El gran mercado del coche mexicano está en EE UU, que le compra el
71,5% de sus exportaciones. Otros destinos son Canadá (9,4%), Brasil
(4,4%) y Alemania (3,6%). Fuentes del sector destacan que, a diferencia
de la mayoría de las industrias mexicanas, ensambladoras de piezas
importadas, la del automóvil ha ido desplegando una red de fábricas de
componentes, a la par que las montadoras han radicado centros
de desarrollo de modelos. Desde 2013 los fabricantes de coches han
anunciado o concretado inversiones por 7.700 millones de euros. Allí se
incluyen las recientes de Kia, General Motors, Toyota, Mazda, BMW y
Mercedes-Benz. Los coches mexicanos ahora superan en porcentaje de
componentes locales a los de Argentina, pero aún no a los de Brasil,
según fuentes del sector. En Brasil, un vehículo suele tener un 50% de
piezas nacionales y en Argentina, el 24%, según los consultores Dante
Sica y Gonzalo Dalmasso, de Abeceb. El Gobierno de Dilma Rousseff ofrece
una diversidad de incentivos para la radicación de fábricas de coches y
sus componentes, así como centros de desarrollo.
El gigante
sudamericano produjo en los primeros ocho meses de 2014 unos dos
millones de coches, un 18% menos. Solo el 11,2% de esos vehículos se
exporta. La venta al extranjero se viene derrumbando el 38,1%, sobre
todo por Argentina, país al que destinó casi la mitad de los exportados
en 2013. El 8,8% fue el año pasado a la UE, el 8,2% a EE UU y el 7,4% a
México. El mercado interior brasileño se contrae un 9,7%. Las
fabricantes de vehículos calculan que invertirán hasta 2018 unos 28.000
millones de dólares, incluidos los desembolsos de la china Chery, que
acaba de inaugurar su planta en Brasil, y General Motors, que ha
anunciado planes de expansión al mismo tiempo que suspendía personal.
“Nadie hace una inversión de ese tamaño si no confía en el potencial del
mercado”, dijo el presidente de la patronal, Luiz Moan.
En Argentina, los fabricantes de coches han anunciado desde 2013
inversiones por 1.100 millones, más la mitad de ellos de Toyota, que,
fiel a su filosofía japonesa planifica a largo plazo. En los primeros
ocho meses de 2014, la producción ha caído el 24,8%, a 403.000
vehículos. El 55,2% va a la exportación, especialmente a Brasil, que
viene disminuyendo en la misma proporción que lo producido. Argentina
vende en el exterior casi tantos coches como el socio mayor de Mercosur,
y fuentes de su industria destacan que este perfil exportador le ha
llevado a recibir inversiones para fabricar nuevos modelos.
Pero
ahora la industria argentina afronta una caída del 35% en el mercado
interno, al que destina el 44,8% de lo producido. El Gobierno de
Cristina Fernández creó hace dos meses un plan de créditos
subvencionados para la compra de coches argentinos que ha reducido la
caída de las ventas. Pero esta semana Fernández acusó a las empresas de
limitar la oferta a los clientes interesados. En el Gobierno creen que
los fabricantes prefieren quedarse con los coches y venderlos a mayor
precio después de una eventual devaluación del peso, dadas las tensiones
cambiarias que se han disparado tras la crisis de deuda de Argentina de
julio pasado.
Desde entonces, el Banco Central ha restringido la venta de divisas,
incluidas las que las multinacionales del automóvil necesitan para
importar coches y componentes, con lo cual la deuda con otras filiales
de sus grupos en el extranjero se ha elevado de 1.300 millones a 1.600
millones. Las compañías reconocen que han reaccionado reduciendo la
importación de vehículos, pero también intentan privilegiar la
exportación, complicada por la situación de Brasil, antes que el mercado
interno porque así se hacen de divisas para comprar los componentes
extranjeros que necesitan para producir.
Noticia:
http://economia.elpais.com/economia/2014/09/05/actualidad/1409940629_064695.html