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China ha perdido un litigio que mantenía contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los límites a las exportaciones de las llamadas tierras raras y determinados metales, lo que supone la victoria de Europa y los Estados Unidos ante lo que consideraban prácticas comerciales desleales de Pekín. El gigante asiático imponía
desde hace cuatro años trabas a la exportación de tierras raras y de
volframio y molibdeno, materiales que una amplia gama de industrias
europeas utilizan como componentes esenciales. China tiene ahora 60 días para presentar una apelación.
China produce más del 90% mundial de las llamadas tierras raras, elementos clave para los componentes de la industria de defensa y la tecnología moderna, ya que se usan para fabricar desde iPhones o unidades de disco a turbinas eólicas. El país asiático impuso estrictas cuotas de exportación de esas tierras raras en 2010, con la justificación de estar tratando de
reducir la contaminación y preservar los recursos. Tras esa decisión,
los precios de esas materias primas se dispararon, por lo que Estados Unidos, la Unión Europea y Japón se quejaron de que las restricciones a la exportación daban a las compañías chinas una ventaja competitiva injusta.
China, por su parte, defendía que los límites a las exportaciones a esos materiales eran necesarios para evitar
la sobreexplotación minera. En marzo de 2012, la UE, junto con los
Estados Unidos y Japón, inició un procedimiento de solución de
diferencias ante la OMC. Las consultas iniciales celebradas con China no
permitieron alcanzar una solución amistosa. Por consiguiente, en junio
de 2012 se constituyó un grupo especial de la OMC, que ahora ha hecho
pública su decisión.
La Comisión Europea
señala que respeta y promueve la regulación que favorezca la protección
del medioambiente, pero ha aplaudido la decisión de la OMC, que impedirá
esas trabas, porque considera que en el caso de estos materiales, China
usaba como excusa la lucha contra la contaminación. "El país de
extracción no puede limitar las ventas de sus materias primas a su
industria nacional, ya que ello le conferiría una ventaja competitiva
con respecto a las empresas extranjeras", ha señalado en un comunicado.
En consonancia con las resoluciones anteriores
relativas a otras materias primas, la OMC ha considerado que los
derechos y contingentes a la exportación impuestos por China vulneran
los compromisos asumidos por este país en el marco de la OMC y no se
justifican por motivos de protección y conservación del medioambiente.
"El fallo es claro: no pueden imponerse restricciones a la exportación
supuestamente para conservar recursos naturales no renovables si el uso
local de esos mismos recursos no está limitado con el mismo fin", ha
asegurado Bruselas.
La
demanda por las trabas a la importación de tierras raras fue promovida
por distintas industrias, ya que los materiales tienen infinidad de
usos. Toyota y Nissan las necesitan para sus coches híbridos y eléctricos, Blackberry y Apple para los teléfonos inteligentes o las tabletas. "La decisión de China de promover su propia industria y discriminar a
las empresas estadounidenses ha provocado que los fabricantes
estadounidenses tuvieran que pagar hasta tres veces más que los
fabricantes chinos por exactamente las mismas tierras raras", señaló el representante comercial de EE UU, Michael Froman.
Las
restricciones a la exportación impuestas por China, según explica la
Comisión Europea, consisten principalmente en derechos o contingentes a
la exportación, así como en requisitos y procedimientos adicionales para
los exportadores. "Dan lugar a serias desventajas para las industrias
extranjeras, al aumentar de manera artificial los precios de exportación
de China y provocar el aumento de los precios mundiales. Además, estas
restricciones causan un descenso artificial de los precios nacionales de
las materias primas como consecuencia del aumento de la oferta
nacional. De esta forma, cobran ventaja competitiva las industrias
locales de China y se presiona a los productores extranjeros para que
desplacen sus operaciones y tecnologías a ese país", explica Bruselas.
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