Másteres y cursos
Becas, formación gratuita para trabajadores
Financiación sin intereses y prácticas en empresas
info@campus-stellae.com
www.campus-stellae.com
0034 + 981 522 788
0034 + 630327998
El Big data
es la nueva moda. Es la nueva tendencia del marketing digital y la
tecnología más puntera con las que marcas y empresas pretenden acceder
al conocimiento pleno de los clientes. Y no solo eso, también al
seguimiento de sus pasos y acciones para generar perfiles que sirvan
para establecer y poner en práctica todo tipo de estrategias.
Basta con destacar las conclusiones de informes como el
desarrollado por el Instituto Global McKinsey, cuyos datos sobre la
implementación del Big Data y el procesamiento de grandes volúmenes de
datos pueden suponer un de las ganancias en el sector minorista de hasta
un 60%. Un aspecto sobre el que, quienes siempre han trabajado a fondo
el Business intelligence conocen sobradamente.
Es evidente que para las empresas, el Big data y el análisis de
grandes volúmenes datos les abre las puertas a un nuevo mundo de
posibilidades. Sin embargo también nos encontramos con la otra cara de
la moneda. La cara oculta. Y es que las prácticas sobre el uso de este
tipo de "minería de datos" también pueden acarrear otro tipo de
consecuencias ya que a través de ellas se podrían traspasar las líneas
rojas de la propia seguridad y privacidad.
Algunos expertos como Robert Stroud, miembro del Comité de
Influencia Profesional y Consultivo de ISACA y vicepresidencia de
estrategia, innovación y gestión de servicios de AT Technologies ponen
de manifiesto su valor, concluyendo que "si el conocimiento es poder,
el Big Data representa mayor influencia". Otros como José Luis
Rodríguez, director de la Agencia Española de Protección de Datos no
dudaban en afirmar que "Los datos son el petróleo del siglo XXI".
Sin embargo, más allá de los retos a los que se enfrentan ahora las
empresas para poder abrazar y adoptar el Big Data, es necesario que
desde la propia industria se establezcan claramente los riegos asociados
a su implementación, así como las pautas que aseguren el cumplimento de
las leyes y regulaciones de privacidad. A pesar de su potencial para
las empresas, los expertos siguen debatiendo sobre todo ello. Y aunque
es evidente que nos encontramos ante una inundación de datos que para
ser útiles deben ser tratados adecuadamente, es necesario establecer
aquellas pautas y mecanismos que protejan los derechos y la privacidad
del consumidor. Muchos expertos consideran que los marcos legales
existentes son inadecuados para enfrentar el fenómeno de Big Data, por
consiguiente las garantías y seguridad son un aspecto clave y
fundamental. A pesar de ello, no cesan los temores ante la posibilidad
de que los datos sean utilizados de forma abusiva o traspasando los
límites de lo ético y legal. Es por ello, que para muchos profesionales,
la honestidad sea en la práctica la mejor de las políticas.
Para la gran mayoría de los consumidores, este tipo de prácticas son consideradas agresivas e invasivas. Algunos nuevos informes,
revelan que los usuarios muestran cada vez una mayor preocupación por
la privacidad de sus datos. Sin embargo, otros estudios también señalan
que los consumidores a voluntad propia, están dispuestos a ceder y
desprenderse de la información personal, siempre que exista una buena
razón para hacerlo”. Generalmente, estas razones contemplan la
posibilidad de recibir incentivos a cambio. Sin embargo, el uso y
explotación de estos datos, son ya algo habitual en plataformas y redes
sociales como Facebook, donde dichos datos son utilizados como criterios
para la segmentación de las campañas y promociones puestas en marcha
por sus anunciantes.
No es casual por ello, que algunos gobiernos se
encuentren investigando a las organizaciones que recogen y gestionan
grandes volúmenes de datos con el fin de que estas establezcan un
adecuado control y tratamiento de la información que a su vez garantice
una mayor seguridad a los consumidores. Por otra parte, tampoco podemos
olvidarnos de los casos famosos del espionaje, que han puesto su
objetivo en las bases de datos de multitud de sistemas para ser
utilizados a su antojo. Algo que provoca pavor y genera cierto rechazo,
además de mayor inseguridad y desconfianza entre los propios usuarios de
internet.
A pesar de ello y del potencial de la implementación y adopción del
Big data por parte de negocios y empresas, los riesgos de esta nueva
era de la información nos advierten de algunos posibles peligros
inminentes: El paso del Data mining o recopilación de información a su
posterior comercialización, contemplando incluso y evidentemente el robo
de datos. Algo que por el contrario a nadie sorprende. Durante años
hemos sido testigos de los efectos del negocio del spam a través del
correo electrónico y donde millones de direcciones de email eran
recopiladas para su posterior comercialización y explotación. No sería
esta la excepción, y con toda probabilidad y casi certeza, los perfiles
de consumidrores creados a través de la recogida de grandes volúmenes de
datos, podrían convertirse en el nuevo manjar de las mafias de
internet.
Pensemos además que la seguridad de los datos y de la propia
información siempre puede ser puesta en entredicho. Aun podemos recordar
casos como el de la compañía Sony, que finalmente terminó reconociendo
haber sido atacada por un "hacker", que robó datos personales de las
cuentas de 77 millones de clientes y que incluyeron sus nombres,
direcciones, fechas de nacimiento y contraseñas. Imagínense entonces,
cuando cada vez más empresas decidan abrazar el Big Data acumulando cada
vez más datos y estas se conviertan en el objetivo de los ataques de
los mayores cibercriminales.
Artículo: http://www.puromarketing.com/12/19367/temidos-riegos-peligros-inminentes-data.html