La Universidad Carlos III realiza varios estudios en el ámbito de la Economía del Deporte basándose en modelos econométricos.
La
Universidad Carlos III de Madrid lleva a cabo un estudio basado en un
modelo econométrico, que mide el número de medallas obtenidas en
los Juegos Olímpicos en función del gasto público invertido en
deporte, teniendo en cuenta también otras variables de carácter
político-económico.
El
modelo econométrico de regresión permite al investigador estudiar
el efecto individual que producen los cambios en una variable
independiente, sobre la variable dependiente, controlando a su vez el
resto de variables independientes, lo que es verdaderamente útil
cuando nos encontramos estudiando un fenómeno que depende de
infinidad de variables. De esta manera, se puede calcular el gasto
que un país necesita realizar para ganar una medalla olímpica
adicional. El resultado de este estudio concluye en que es necesaria
una inversión media de 40 millones de euros para que un país pueda
conseguir el número máximo de medallas.
Este estudio fue incluido en julio de 2008 en el workshop “The
Economic of the Olympic Games”, bajo el título “Can
governments buy Olympic medals?”
El
mismo grupo de investigación ha llevado a cabo otro estudio para
analizar la figura del entrenador en los equipos de fútbol. Dicho
estudio se basa en los resultados obtenidos en varias temporadas
sucesivas de la liga de fútbol argentina, y concluye que el hecho de
cambiar de entrenador en mitad de una temporada es más perjudicial
que beneficioso ya que “un cambio de entrenador reduce en media el
número de puntos obtenidos en los siguientes ocho partidos en una
unidad”. Sin embargo, en las ligas europeas se han llevado a cabo
estudios similares en los que no se observa una relación inversa
entre el número de despidos y el éxito obtenido. Esto puede deberse
a que en Europa el número de despidos es menor.
Además, estos investigadores también han analizado el efecto de la
ley Bosman de 1995 en las grandes ligas de fútbol, antes de la cual,
los clubes de fútbol tenían grandes limitaciones a la hora de
fichar a jugadores extranjeros. Esta situación permitía que fuesen
los grandes clubes los que fichasen a los mejores jugadores
extranjeros. Tras la entrada en vigor de la ley Bosman, aumentó el
número de jugadores disponibles, lo que permitió a los clubes de
nivel medio-bajo incrementar su competitividad. Según afirma el
grupo de investigación “para medir este aumento utilizamos medidas
bien conocidas en la literatura, como por ejemplo, el porcentaje de
puntos sobre el total conseguidos por los dos, cuatro o diez mejores
equipos de la liga, además de tener en cuenta otros factores que
influyeron en la modificación del mercado, como la introducción de
la Champions League y sus consiguientes recompensas”.
Como consecuencia de la ley Bosman, se redujo el ratio de puntos de
los dos mejores equipos clasificados en un 2% y el de los ocho
mejores equipos en un 4%.
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